jueves, 6 de agosto de 2009

Manejo Agronómico necesario para el cultivo del tomate

Densidad de siembra en campo:

Varían de acuerdo con la variedad de tomate y su propósito (consumo fresco o industrial). En el caso de las variedades de consumo fresco, las distancias más recomendadas son: 1,20 a 1,40 m entre surcos y de 0,30 a 0,50 m entre plantas. En el caso del tomate de consumo industrial las distancias varían entre 0,7 a 1,0 m y entre 0,20 a 0,30 m entre plantas.

Preparación de tierras:

El tomate requiere de una profunda e intensa preparación de tierras. Debido a que el riego es por lo general por gravedad se usan surcos, la nivelación del suelo es fundamental en este sentido. Según Anzola (2004) se requiere de una esmerada preparación. Arado profundo, tanto como lo permita el suelo. La preparación del terreno se realiza generalmente con un pase de bigrome, un pase de subsolador cuando el terreno lo amerite, cinco pases cruzados de rastra y uno de surcadora, pudiendo suprimirse algunas de estas prácticas de acuerdo a las características propias del terreno.

Riego:

Es uno de los factores importantes para el buen éxito de una plantación de tomate, a demás de ser una practica común en el país. Por lo general se siembra en las zonas de alta precipitación en época se sequía y en las regiones áridas y semiáridas del país con riego.

La frecuencia o intervalos de riego se establece de acuerdo con el clima (temperatura), tipo de suelo y la etapa de desarrollo del cultivo (Díaz, 2004). Por lo general se recomiendan riegos post trasplanta con una frecuencia de 3 a 4 días hasta que haya la regeneración de raíces; luego se realizan riegos semanales hasta el termino del cultivo. Los periodos críticos de riego en el tomate son: trasplante, polinización de la flor y maduración del fruto. Por otro lado, el exceso de agua aumenta el follaje pero disminuye la producción y además favorece el desarrollo de enfermedades producidas por hongos. Así como los riegos por aspersión son contraproducentes, porque lavan los productos de espolvoreo destinados a prevenir enfermedades y ataques de plagas.

Fertilización:

El cultivo del tomate responde rápidamente a la fertilización, con lo cual es posible alcanzar considerables aumentos en el rendimiento, y por tanto en el beneficio económico. El balance nutricional juega un papel muy importante, razón por la cual es necesario el tomar en cuenta tres aspectos fundamentales:

- Realizar un análisis previo del estado nutricional del suelo donde se va a sembrar, el cual dará un inventario del estado de los principales nutrimentos en el terreno y permitirá agregar las cantidades necesarias para obtener una buena cosecha.
- Estimar los índices de extracción de nutrimentos por cosecha. En este sentido, se calcula que una cosecha promedio de 40.000 Kg/ha, puede extraer cerca de 180 Kg de nitrógeno, 60 a 80 Kg de P y 220 Kg K. Según Felipe y Casanova (1998), dichas evaluaciones a nivel de las hojas en un cultivo de tomate en El Sombrero, Edo. Guárico, demostraron una acumulación de (1.50 a 2.33 % N; 0.15 a 0.20 % P y 0.94 a 2.1 % K) los cuales se ajustaron a los valores promedios citados internacionalmente.
- En la fertilización en N debe ser aplicado en forma fraccionada hasta la primera cosecha; el P y K deben ser aplicados totalmente al principio o fraccionado durante el primer mes de crecimiento.

Tal proceso de fraccionado consiste en: En la Primera fertilización- entre 7 y 10 días después del trasplante cuando se hace el primer arrime de tierra, aplicar 500 Kg de 12-24-12 (10 sacos), 200 Kg de cloruro de potasio (4 sacos) y 200 Kg de sulfato de amonio (4 sacos) por ha. En la segunda fase: se efectúa entre los 30 y 40 días después del trasplante (post aporque). Debe aplicarse 300 Kg de 18-46-0 (6 sacos) y 200 Kg de cloruro de potasio (4 sacos). En la tercera fertilización: se hace después de la primera cosecha con 300 Kg de sulfato de amonio. Con este programa de fertilización según Díaz (2004) se habrán aplicado al suelo220 Kg de N, 260 Kg P2O5 y 300 Kg K2O, que cubren lo extraído por el cultivo y dejan un remanente en el suelo.

1 comentario:

  1. Buenas tardes. Haces referencia en tu texto a Anzola y Díaz, 2004, pero no colocas la fuente de las referencias. ¿Podrías por favor colocarlas?. Saludos

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