jueves, 6 de agosto de 2009

Requerimiento Agro climático del cultivo de Tomate

Clima:

Las plantas de tomate es un cultivo de clima cálido que prospera bien en un amplio régimen de pisos bioclimáticos (0 – 2000 msnm). Esta hortaliza se produce mayor a temperaturas mensuales promedios de 21 a 25 ºC. Sin embargo, en nuestro país existen siembras comerciales a temperaturas bajas (16 – 19 ºC) y altas (27 – 30 ºC). la temperatura y humedad relativas altas, favorecen los ataques de enfermedades del follaje. Las temperaturas altas nocturnas (> 35 ºC) producen la caída de las flores o heterostilia (esterilización de la flor) debido a fallas en la polinización de las mismas, esto es debido al alargamiento del pistilo que impide la polinización del estigma. Por otro lado, temperaturas inferiores a 13 ºC afectan la producción de polen, originándose frutos partenocarpicos. la maduración del fruto es muy influenciada por temperaturas que afectan tanto la precocidad y como la coloración.

La humedad relativa por su lado, debe ser inferior al 90 %, valores superiores favorecen las enfermedades fúngicas. Se consideran como óptimos valores de humedad relativa entre 70 y 80 %. En condiciones de baja humedad relativa la tasa de traspiración crece, lo que acarrea estrés hídricos, cierre estomático y reducción de la fotosíntesis en las fases de fructificación. Valores extremos de humedad con baja iluminación reducen el cuajo de tomates y la reducción en la viabilidad del polen.

Con respecto a la radiación, la planta de tomate es insensible al foto periodo (entre 8 y 16 horas), aunque requiere de buena iluminación. Una iluminación ilimitada reduce la fotosíntesis neta, lo que implica una mayor competencia por los productos asimilados, con incidencia negativa en el desarrollo vegetativo de la planta y los procesos de floración, fecundación, y acumulación de ácido ascórbico. Los valores de radiación giran en torno a los 0,86 MJ/m2, el cual es considerado un umbral mínimo para la floración y cuajado.

Suelos:

El tomate prospera bien en una gama de suelos, pero se consideran de óptima calidad para la obtención de buenos rendimientos aquellos que son fértiles, profundos y que poseen un buen drenaje. Los suelos limosos y arcillosos , con alta capacidad de retención de humedad se recomiendan cuando la precocidad no es importante. El rango de pH varía entre ligeramente ácido (5,5) a neutro (7,0). Los suelos deben poseer facilidad para el desarrollo radical, por lo que no debe presentar capas endurecidas, ni compactas. Por ser un cultivo que requiere de riego por gravedad, requieren de suelos nivelados en donde las aguas de riego deben poseer una baja salinidad.

En la preparación del suelo se requiere de garantizar la penetración del agua, la aireación y la facilidad de exploración de las raíces.

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